Nos siguen pegando abajo
PABLO RAMON | pramon@ole.com.ar
La realidad nos sigue pegando abajo, los puntos se nos van de entre los dedos y nuestros rivales se llevan el botín delante de nuestras narices. Merecimiento, justicia, recompensa, son todos términos que se burlan de nosotros, del esfuerzo de los jugadores, del apoyo de la gente. Como Arsenal, como San Lorenzo la semana pasada, anoche Independiente se lleva tres puntos cuando tendría que haberse quedado sin nada. Les juro: busco un culpable y no lo encuentro. Es cierto: seguimos errando goles abajo del arco (Vizcarra, Pérez...), pero igual da bronca. El equipo se paró como si fuera local, como si estuviera peleando el campeonato y no el descenso. Atacó más, tuvo la pelota y la usó, con las limitaciones del caso, con espíritu ofensivo. Arriesgó, Madelón hizo los cambios pensando en ganar, pero qué va, un minuto después de que Messera tuviera el triunfo en su pie derecho, Tuzzio mete ese cabezazo insólito, traicionero, que nos deja mirándonos los bolsillos vacíos. Yo siempre pensé que, a la larga, un equipo que juega así, que mete así, iba a tener los puntos que merecía. Debo confesar que se me quemaron los papeles. La lógica se nos da cuando jugamos mal: ahí perdemos fácil. Cuando jugamos bien, siempre pasa algo que nos deja desnudos. Y lo peor es que está haciendo un frío...
El equipo siempre se lleva menos de lo que merece. De no creer
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