
En su debut en el bosque, Pablo Fernández, quiso poner en funcionamiento la primera prueba de su laboratorio. Intentó parar en la cancha un equipo, en donde los nombres eran los de siempre, pero cambiaba el esquema. Del rígido 4-4-2, a un flexible 3-5-2
La idea de entrada era frenar a los carrileros de Newell’s plantando 2 defensores por los costados. Conteniendo al chileno Ormeño por derecha, y plantando a Lucas Landa en la izquierda, para evitar que tanto Roselli como Vangioni, generen su habitual ida y vuelta por los laterales. La otra prueba del Moncho fue ubicar a Tete González como líbero del equipo. Completando una línea de 3 con Maldonado y Agüero. Y por último, se la jugó en probar a Milton Casco en el puesto de enganche, intentándole dar la responsabilidad de crear fútbol y abastecer a una delantera en donde se siguen probando atacantes. Ayer le llegó el turno a Cuevas, que acompañó a Denis Straqcualursi. Quienes dejaron, sorpresivamente, a Vizcarra en el banco.
Con esas modificaciones, más los habituales titulares Sessa, Aued y Rinaudo, el DT salió a la cancha. Pero enseguida se notó la falta de coordinación entre las líneas. El poco conocimiento de algunos jugadores de sus nuevos puestos. Y el poco compromiso de otros con la causa. En sólo 15 minutos el “Moncho” se dio cuenta que no funcionaba. Que las cosas no estaban saliendo como lo planeado. Que Newell’s lo superaba en cada metro de la cancha. Por eso fue que una vez finalizada la primera etapa decidió cambiar.
Con el 2 a 0, el técnico quiso volver las fuentes. Pero fue tarde. Reubicó a cada jugador en su puesto. Donde se sienten más cómodos. Hizo ingresar a Mariano Messera, para que un enganche de raza intente darle volumen de juego al equipo. Algo que encontró, pero que de nada sirvió. Gimnasia se hizo dueño del balón. Comenzó a dominar la pelota y se quiso transformar en protagonista, pero lejos del arco defendido por Peratta. No llevó peligro. No pudo entrarle a la defensa leprosa, a pesar que salió a jugar el segundo tiempo sin el experimentado Rolando Schiavi.
El técnico se dio cuenta de que las cosas estaban hechas mal. Quiso cambiar y fue tarde. Para lo que se viene, el técnico no deberá demorar más, porque Gimnasia está en una lucha cruel. Donde no hay segundas oportunidades. Donde no hay tiempo. Donde un error puede costar mucho mas que 3 puntos
FUENTE: www.cielosports.com
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