No todos estaban seguros con su contratación. Más de uno dudó cuando su nombre empezó a sonar para venir a Gimnasia. Pero hoy, después de los amistosos disputados por el lobo, se puede decir que Hernán Encina llegó para reforzar el plantel y no para ser relleno.
El “sapito” fue pedido por Diego Cocca y con buenas actuaciones se ganó su lugar. Los amistosos (que no dejan de ser sólo eso) jugados por el volante, dejaron buena impresión en los socios e hinchas del club.
El volante demostró ser un jugador interesante. Que trata bien la pelota y que juega por abajo. Fiel al estilo que el entrenador intenta brindarle a Gimnasia. Mete diagonales sorpresivas y usa mucho los espacios que le generan los delanteros, tanto Stracqualursi cuando, de espaldas, le baja los balones, o cuando Vizcarra abre defensas y le deja espacios para atacar.
Encina no llegó como “la” contratación del verano. No tuvo una novela con introducción, nudo y desenlace. Sino que todo lo contrario. Llegó callado, sin levantar mucha polvareda y sin revolver el ambiente. Pero hasta hoy es un refuerzo de esos que llegan, se ponen la camiseta, juegan y rinden. Justo lo que necesitaba Gimnasia
fuente:www.cielosports.com
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